La mañana del 8 de enero de 2020 comenzó como cualquier otro día para Stephanie Flynn. No tenía idea de que tendría un accidente cerebrovascular que le cambiaría la vida minutos después de que su esposo saliera de la casa para llevar a su hija mayor a la escuela. 

“Yo estaba en casa con nuestra hija menor que tenía 10 meses en ese momento. De repente, mi lado derecho comenzó a sentirse entumecido, mi cara comenzó a sentir hormigueo y sentí la necesidad de acostarme en el suelo", dijo Stephanie. “En ese momento supe que algo andaba mal”.

Después de unos 10 minutos, el esposo de Stephanie regresó a casa para encontrarla acostada en medio de la estancia. Después de describir cómo se sentía, inmediatamente recomendó que fueran al hospital.

“Por suerte, Abrazo West era el hospital más cercano a nuestra casa, a unos 10 minutos en auto”, dijo Stephanie. "Mi estado comenzó a deteriorarse drásticamente en solo ese corto trayecto hasta el hospital. Empecé a hablar ininteligiblemente y había perdido casi toda sensación en el lado derecho de mi cuerpo. Cuando llegamos al hospital, no pude caminar sin ayuda. Mi esposo entró corriendo a la sala de emergencias y pidió ayuda para meterme en el edificio".

Entendiendo la necesidad de trabajar rápidamente para atender a Stephanie, el equipo de Abrazo West la llevó a una habitación y le hizo preguntas sobre su salud, síntomas y medicamentos actuales.

La enfermera de Abrazo West, Amanda, se presentó al esposo de Stephanie como el enlace entre Stephanie y el equipo médico, ofreciendo a la pareja tranquilidad y apoyo durante su estancia en el hospital.

“Amanda se quedó a mi lado desde entonces hasta la cirugía, múltiples seguimientos e incluso después de salir del hospital, explicando en términos sencillos lo que se estaba haciendo y lo que se esperaba”, dijo Stephanie. “También estuve al cuidado de la enfermera Tracy, quien, al igual que Amanda, me mantuvo informada sobre lo que podía esperar”.

A los pocos minutos de estar en el hospital le estaban haciendo a Stephanie una tomografía computarizada para encontrar la causa de sus síntomas. El Dr. Sushant P. Kale, MPH, FAHA, neurólogo de Abrazo, le diagnosticó un infarto isquémico, provocado por una disección de la arteria cervical.

El Dr. Kale y su equipo le dieron una dosis de activador de plasminógeno tisular (tPA) en menos de una hora de los primeros síntomas del accidente cerebrovascular. Luego fue preparada y enviada para iniciar una trombectomía para limpiar manualmente el coágulo que se había formado en su cerebro, lo que estaba provocando el accidente cerebrovascular. Cuando el Dr. Kale comenzó el procedimiento de trombectomía, notó que el coágulo comenzaba a desaparecer por sí solo debido a la dosis de tPA, por lo que no siguió adelante con el procedimiento.

“A las dos horas de llegar al hospital, me estaba recuperando en la UCI”, dijo Stephanie. “Ya podía hablar con normalidad y empezaba a recuperar la sensibilidad de mi lado derecho”.

Pasó tres días en la UCI mientras el Dr. Kale y Amanda la mantenían informada de sus avances y de lo que podía esperar en el futuro. Poco después comenzó la fisioterapia para recuperar la fuerza que perdió en su lado derecho y tuvo muchos seguimientos con el Dr. Kale para monitorear su progreso. En seis meses pudo recuperar toda su fuerza física y cerca de la resistencia mental completa al año del accidente cerebrovascular.

“Me considero muy afortunada porque casi he vuelto a la normalidad física y mental”, dijo Stephanie. “Este es un reflejo directo de la atención oportuna que recibí del Dr. Kale y de su equipo en Abrazo West”.

Stephanie espera que su experiencia enfatice la importancia de actuar rápido si ocurre lo siguiente: cara caída; debilidad del brazo; dificultad para hablar; hora de llamar al 911 (lo que se resume con el acrónimo F.A.S.T. en inglés),) durante un accidente cerebrovascular. Si usted o un ser querido están teniendo un accidente cerebrovascular, llame al 911 de inmediato.

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